EN LA BÚSQUEDA DEL TEXTO PERFECTO

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jueves, 9 de agosto de 2012

Narrativa nicaragüense


Una serie de comentarios de textos de la época de Arte y Letras en la UCA de Managua, para la clase de Cátedra Rubén Darío.




LO PROVINCIANO COMO TEMA LITERARIO EN LAS COLECCIONES DE CUENTOS CLAVE DE SOL Y  MISTERIOS GOZOSOS

INTRODUCCIÓN

La narrativa centroamericana tuvo, a mediados de la década de los años ochenta, un giro, que la ha situado definitivamente en el contexto de la post-modernidad.

Una vez abandonado el discurso narrativo de los setenta que estaba estrechamente vinculado con la situación política producida por nuestros países, ha incursionado en otros temas desde donde enfilan su crítica a la sociedad provincial que conforman los países del área.

La incorporación de manifestaciones de la cultura popular o manifestaciones irracionales y anticientíficas, suponen una  novedad dentro de una literatura cuyos temas fueron durante muchos años el dictador, el torturador político y el movimiento guerrillero.

Sin embargo, temas novedosos exigen formas novedosas, por ello es que los  narradores contemporáneos prestan mucha atención a los aspectos formales de sus obras, llegando a resaltarlos de una manera apoteósica, y abordando los conflictos con una cierta superficialidad, muy lejana del dramatismo lacrimógeno de otras épocas.

Seguros de su oficio, ya no necesitan efectuar profundas reflexiones sobre el arte de narrar dentro de la misma obra, los procesos metadiegéticos ya no son parte del discurso literario finisecular.

SERGIO RAMIREZ MERCADO: CLAVE DE SOL

En esta colección de cuentos, el autor ofrece imágenes provincianas con unas formas literarias post-modernas que hacen que su obra logre un carácter universal.

Clave de sol muestra la preocupación de Ramírez por la perfección formal, lo que consigue por medio de una creativa utilización de procedimientos narrativos.

“Juego perfecto” es el sinónimo de tensión perfecta.  A través de los datos que van surgiendo en el juego de pelota, Sergio Ramírez consigue crear en el lector la misma expectación que causa una disputa deportiva entre los fanáticos.  El narrador, que describe las últimas cuatro entradas del juego informa de cuanto strike, bola, foul, out que se va dando, a la vez que relata las actitudes de los  personajes que  evidencian el nerviosismo a que les somete la posibilidad de un gran juego perfecto.

La emoción del gordo vende apuestas, del locutor de radio y del padre del muchacho que esta pitcheando se desarrolla a un ritmo in crecendo que de pronto recibe un corte magistral  cuando al final de la última entrada el equipo de Boer  logra anotar dos carreras, con lo cual las esperanzas, no solo de los personajes, sino también del lector, se ven disipadas.

El autor ha afirmado que todos los cuentos de Clave de sol están relacionados con la música que aparece como fondo en cada uno de ellos [1]:   en “La múcura que está en el suelo”, el compás narrativo está determinado por el mismo ritmo de la canción.

Ramírez logra imprimirle rapidez  al cuento por medio de la construcción de párrafos largos de una sola oración, en donde las ideas van separadas únicamente por comas.  Así mismo el narrador en primera persona llama a su amada “Celina del torbellino, Celina de la tormenta y el vendaval”  (p. 105) y describe detalladamente en el baile de “La máscara”, caracterizado por movimientos rápidos, la sensualidad de Celina que conduce a su pretendiente al paroxismo:

“… mis manos hacia arriba mientras las tuyas juguetonas me advertían que no, no todavía, porque cuando te tomara de la cintura era que toda acabó, el mundo se paraba, el mundo se partía, se abría ante los dos, y después todo era palmas, palmas marcando gozosas al compás, yo descendía hasta el suelo, brinco de rana, el paso más difícil, todo un malabar, y vos aparentando desdeñosa que me huías, jugando melindrosa te apartabas de mi, frenesí de tus hombros y caderas, temblaba estremecido tu cabello, temblaba tu corona de falsa perlería, en tu frente como perlas verdaderas al sudor…” (p. 106).

El ritmo del cuento, que se identifica con el de la canción, con el del movimiento de los cuerpos al bailar, expresan claramente la desesperación del protagonista de ver a su Celina acechada por la figura del dictador que la ronda como a una presa acorralada, amenazante, frente a quien nadie puede hacer nada.  Y es precisamente al final de la narración donde el lector completa la estrofa de la canción “mamá no puedo con ella…”

“Pero no llorará”  es una historia de amor de la que se ha extraído todo contenido dramático a través del distanciamiento que  el narrador ommiciente hace de los personajes:  cuando empieza a referir la historia de la maestra y el cachorro haciendo el amor sobre el piso de tambo y surge el recuerdo en ella del otro combatiente con el que antes había estado, a quien solo había visto una vez vivo y después muerto en el hospital de Juigalpa, a la joven se la derrama una lágrima, sin embargo la exhalación de la emotividad en el lector se rompe cuando se dice que la lágrima “se escurría solitaria y parecía entretenerse en las marcas de acné de su mejilla”  (p. 122).

A través de un complicado juego de tiempos que pasa del presente al pasado reciente y a otro más lejano aún, sin signos evidentes, el narrador relata la aventura de la maestra con dos milicianos movilizados.  Sin embargo se pone de  manifiesto la visión diferente que cada miembro de la pareja tiene de la aventura.  El miliciano la concibe como tal, esta idea se ve reforzada por la música de fondo, una canción del Vicentico Valdez que los reservistas ponen reiteradamente en la roconola: “ pero no lloraré, por un amor que fue una aventura”  (p. 133).  Los recuerdos que el muchacho tiene de los consejos del padre, así como la idea de que una aventura que no se cuenta no es aventura, enfatizan ese sentimiento machista del hombre, que ve siempre la relación con una mujer por medio del cristal egoísta que fortalece su instinto de gallo.

Ella, por el contrario, se deja arrastrar por el ensueño representado en la tarjeta que indica el baño de “damas”: una niña de rizos dorados caminando por un prado de margaritas con una sombrilla al hombro”. Se puede apreciar la sutil ironía que crea el narrador al distanciarse del personaje y contarle al lector que la joven, a pesar de todo es muy cursi, al extremo de llegar a comparar a los milicianos con la foto del apuesto caballero vestido de frac con una capa en la mano, que distingue al baño de los hombres.

De esta manera Ramírez sitúa su crítica a la cultura provinciana, que aún inmersa en la vorágine revolucionaria de los ochenta no experimentó cambios sustantivos de los factores  subjetivos  determinantes de las relaciones humanas.  Sin embargo, el autor va más allá porque su crítica al provincianismo se puede leer como una crítica implícita a la revolución misma, que logró utilizar a hombres y mujeres en pos de su defensa,  pero no consiguió influir en sus conciencias,  de tal forma que la idea de hombre nuevo fuera ganando espacios en ellos.

 ERICK BLANDÓN GUEVARA: MISTERIOS GOZOSOS

El otro autor de los noventa que aborda  el tema de la provincia desde una óptica sexual es Erick Blandón, quien por medio de sus Misterios gozosos expresa una crítica contundente a la doble moral y  los tapujos tras los que se cobija la sociedad moderna de un país del  tercer mundo.

En “Fuegos de pascua”  la tensión esta lograda a través de los pasos del ritual religioso combinados con las descripciones de la relación sexual  que a un costado de la  iglesia la protagonista tiene con el peor enemigo de su familia.

Este cuento tiene un enorme contenido simbólico ofreciéndonos un sentido erótico, extraído de los elementos religiosos que se mencionan:

“El celabrante encendió el enorme cirio pascual y lo alzó sobre las cabezas de la multitud”  (p. 6)

A partir de esta descripción que conlleva una connotación fálica por la que Coronada Cantanero empieza a experimentar las sensaciones placenteras a las que se había negado durante sus cuarenta años.

La iglesia católica celebra en la media noche del sábado de gloria la resurrección de Jesús después de su muerte el viernes santo, Coronada Cantanero conoce por primera vez los placeres de la carne en la misma ceremonia donde se canta el aleluya  porque Cristo venció a la muerte; con esa primera vez ella también estaba resucitando.

Su corazón latía al ritmo del redoble del tambor que acompañaba la oración “manda Pilatos que azoten al inocente cordero”   (p. 7)  en el momento en que ella misma era azotada por el impulso masculino  que tanto le agradaba.  

Cuando la protagonista llega al orgasmo, la música que tiene de fondo es el Gloria a Dios, momento en el que se  agradece al Señor por haber salvado a la humanidad del pecado.

Sin embargo, el último cuento de la colección, Trampa de mujer, refiere el fin de toda esta historia en donde Coronada representa al cordero y Malicia de Ángel a su dula flagelador, gracias al cual ella conoce la gloria.  La protagonista no reacciona con el amor pastoral de Dios quien todo perdona, sino por el contrario se cobra la ofensa castrando a su amable castigador la noche de la fiesta del personaje del Señor  Luis como homenaje al santo varón que hizo sus votos de castidad a la edad de nueve años.

En sus cuentos, Blandón hace gala de un profundo sentido hedonista que se refleja en el preciosismo de las descripciones,  que aluden a una preocupación por los valores formales de la obra: en “Un amor probado” describe con mucho sensualismo cuando la mujer se unta la crema en las manos y el cuello y como se pasa las manos humedecidas de agua de colonia por sus muslos.

Las alusiones a las comidas son otro elemento que expresan el culto al placer.  En “El hombre es todo” cuenta con lujo de detalle el desayuno de los niños, al igual que en “Cena en bandeja” donde la comida es el preludio al encuentro sexual que se ve frustrado. El vino, la salsa del espagueti, los cristales, la platería de la mesa, el mantel de lino bordado, contribuyen a crear un ambiente en donde lo que prima es el placer como realización de la felicidad humana.

Utiliza formas poco convencionales y muy metafóricas para nombrar a los genitales y a los orgasmos, que denota cierta agresividad masculina frente a la pasividad femenina:

vulva                                           
fruta seca
fresa jugosa
cuenco húmedo

pene
animal hambriento
promontorio
bulto tenso y consistente
asta, ardoroso miembro

orgasmos
glorioso acoplamiento
combate
viaje
cabalgata

Todo este lenguaje contribuye a crear una atmosfera de sensualidad muy sugerente que genera en el lector un sentimiento de confianza y libertad.


CONCLUSIONES

En ambas colecciones de cuentos se hace evidente la preocupación de los escritores por la perfección formal de las obras.  Ramírez enfatiza en la condición humana de sus personajes,  presentándolos como  los anti-héroes de la narrativa post-moderna. Blandón rinde culto a la libertad individual donde las opciones sexuales son consideradas por encima de las normas y convenciones sociales, iniciando de esta manera su particular incitación a la sublevación de cuerpos y conciencias. Ambos autores ponen el dedo en la llaga de los prejuicios,  insistiendo en la arbitrariedad  que ellos implican y las contradicciones que generan. Nos dicen de esta manera,  que si Nicaragua no ha conseguido hacer cuajar la revolución de los oprimidos para su liberación económica, tal vez sea hora invertir la estrategia e iniciar la emancipación de las almas de la mentalidad que le impide la realización plena de la libertad del espíritu, dejando para más tarde la revolución definitiva.

BIBLIOGRAFÍA

 Blandón, Erick. MISTERIOS GOZOSOS. Managua: Vanguardia, 1994
 Cortázar, Julio. "ALGUNOS ASPECTOS DEL CUENTO" en CASA. Revista de Casa de las América, nº   60. La Habana: julio de 1970. 
 Ramírez, Sergio. CLAVE DE SOL. Managua: Nueva Nicaragua, 1992


Managua,  diciembre de  1994.


[1] Conversatorio con estudiantes de Artes y Letras, el 21 de noviembre de  1994, Universidad Centroamericana.

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