EN LA BÚSQUEDA DEL TEXTO PERFECTO

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jueves, 8 de marzo de 2018

APOROFOBIA O MIEDO A LA POBREZA EN NICARAGUA


          El equipo de la Fundación del Español Urgente (Agencia Efe y Banco Bilbao-Vizcaya), nombre sugerente que nos lleva a preguntarnos cuáles son las urgencias de una lengua, ha elegido como palabra del año 2017 el neologismo aporofobia, acuñado por la profesora y filósofa Adela Cortina, en cuyos trabajos de ética siempre ha abordado la vida cotidiana en las sociedades democráticas, mostrando una crítica hacia el comportamiento de la sociedad civil y sus hábitos: consumo y consumismo, la práctica ciudadana, la ética de la empresa o la convivencia en la diferencia.

El pensamiento de Adela Cortina no deja indiferente a aquellos quienes gozan de un mínimo de sensibilidad social. Ya en 1994 sorprendió a sus lectores con el concepto de democracia radical, lo que, según su autora, podría ser un sistema que “tuviera en cuenta a los hombres concretos, raíz de todas las construcciones sociales, y olvidados, sin embargo, en la mayoría de ellas” (1994: 30). Se hace evidente que los avisos de Cortina en los tempranos años noventa, del peligro de poner por encima de los seres humanos  los datos macroeconómicos o financieros, no eran producto de las ansias  de una autora con una vasta formación humanística que reclamaba mayor terreno en el espacio público para las humanidades; la crisis del 2008, de la que todavía muchos países del primer mundo no se recuperan y que ha dejado profundas repercusiones en amplios sectores de las clases populares europeas y estadounidenses, le dio la razón.

Hace unos años, la sociedad española se vio conmovida cuando una pareja de adolescentes de clase alta entraron a un cajero automático a sacar dinero y descubrieron a una persona sin techo durmiendo en él: los jóvenes, con el dinero que habían obtenido de la máquina, se fueron a la gasolinera más cercana, compraron un galón de combustible, volvieron al local, rociaron a la mujer que yacía acurrucada entre mantas medio sucias y le acercaron un fósforo. ¿Cuál era el motivo? La fobia a la pobreza que los llevó a cometer un delito de odio.  Lo peor es, quizás, que este no es un fenómeno aislado y el maltrato constante que padecen los indigentes en los parques españoles es un fiel testimonio de esta afirmación.

En su libro Aporofobia, el rechazo al pobre. Un desafío para la democracia  (2017), Cortina compara esta actitud con el racismo y la xenofobia y la analiza desde la noción de mal radical que según Emanuel Kant aparece cuando el ser humano no obedece a la razón. Repasa las justificaciones ideológicas que llevan a la sociedad a inventarse miles de excusas para no admitir que se es aporofóbico, de tal manera que se avalan determinados comportamientos.


                                Foto del archivo de La Prensa

Todo lo anterior nos lleva a preguntarnos ¿somos los nicaragüenses aporofóbicos? Pareciera una paradoja que un país con el 39% de la población viviendo en la pobreza,
alimentara sentimientos excluyentes que le llevaran a repudiar a las personas pobres por su fealdad, suciedad, ignorancia y comportamientos reprobables ocasionados por la falta de educación.  Sin embargo, una sociedad heredera de trescientos años de colonialismo, estructurado en una férrea pirámide social tiene que conservar en las estructuras profundas de su consciencia colectiva  algunas de las ideas que justifiquen actitudes de repelencia hacia el pobre. En el siglo XIX, ya en el período de la post-independencia, no estaba permitido que los indios y los negros caminaran sobre las aceras o llevaran vestidos similares a los de las clases altas, la cotona o el huipil era el atavío propio de este grupo social. Los gremios de artesanos tenían prohibido ponerse levas o sacos y sólo podían portar camisas de manga larga que se abotonaban hasta el cuello.

La aporofobia en nuestro país se manifiesta no solo a nivel individual, sino también en un rango institucional cuando no se legisla para las mayorías  y el progreso se cristaliza  pensando en los intereses de los que se encuentran en lo más alto de las élites sociales. Un ejemplo diáfano de ello puede ser, otra vez, el tema de las aceras en una ciudad como Managua, la cruel. Si el 60% de la población se moviliza en transporte público o a pie ¿por qué no existe una preocupación fehaciente por dotar de aceras a toda la ciudad? ¿Por qué se continua con el modelo urbanístico que conecta a la ciudad por medio de “pistas” carentes de aceras? ¡Por qué padecemos del peor sistema de transporte público del Universo y más allá? La respuesta es sencilla, porque no se piensa en la mayoría, pobre.

La cultura de la desatención social, por ejemplo, a las personas mayores es otra demostración clara de aporofobia institucional: siendo que una persona cuando se jubila disminuye sus ingresos, se empobrece en un momento de su vida en que debe incurrir en mayores gastos que le ayuden a enfrentar los asuntos de la salud y la edad como son los lentes, el cuidado bucal, la ingesta de medicación; en algunos casos las personas mayores necesitan aparatos ortopédicos que le ayuden a caminar. Si consideramos que por ser viejos no tienen necesidades de recreación y deben de estar confinados en sus casas y desatendidos en esas necesidades elementales, estamos siendo excluyentes y aporofóbicos porque como sociedad, no concebimos que, a pesar de los años y de sus restricciones económicas, pueden participar de la vida pública.

En muchos casos, la indigencia y la salud mental van de la mano. ¿Quién no ha visto en cualquier ciudad de Nicaragua a una persona que grita y “se pelea” con alguien imaginario? ¿Cuál es nuestro primer gesto…? El abandono social que estos individuos padecen es uno de los tipos de aporofobia institucional más dolorosa, que empieza por el desamparo del enfermo que se convierte en el loco o la loca del barrio al que los niños hostigan o tienen miedo y que acaba con la soledad que la familia padece al enfrentarse con un problema de estas características.

Por último, en relación a la cuestión de género cabe cuestionarse por el hecho de si en cifras generales las mujeres tienen menos acceso a la inserción laboral, aunque sea en el sector informal, que es el mayoritariamente acoge a la fuerza laboral nicaragüense[1], esto quiere decir que las mujeres son más pobres que los hombres, con el agravante de tener que, en muchos casos, asumir las cargas familiares en solitario. Entonces, ¿la institucionalidad de la exclusión de las mujeres a nivel de la mentalidad de la sociedad no es un fenómeno de aporofobia latente que se expresa en la falta de políticas públicas que incidan en el sistema de valores y creencias que se transmiten desde la institución familiar o  la escuela?  

Ante todo este panorama, los medios de comunicación que cumplen con un riguroso código deontológico tienen una misión insustituible e invaluable. La pregunta es si gozamos de eso en Nicaragua.

La actitud indiferente de mirar para otro lado cuando no soportamos el olor de un indigente ¿no es el comienzo de un talante aporofóbico?    



REFERENCIAS
Alaniz, Carrión y Glinding (2015). Ingresando y avanzando. Dinámica de las mujeres en el mercado laboral nicaragüense. Managua: FIDEG. Disponible en la red: http://fideg.org/wp-content/uploads/2017/02/Dinmica_de_las_Mujeres_en_el_Mercado_Laboral_Nicaraguense.pdf


Cortina, Adela (2017). Aporofobia: el rechazo al pobre. Un desafío para la democracia. Barcelona: Paidós.

Cortina, Adela (1994). “Ética aplicada y democracia radical” en El Ciervo, nº 43 (516), pp. 30-35.  




[1] Según el estudio de Alaniz, Carrión y Glinding  (2015: 13), la inserción laboral en el sector informal para los hombres es del 26.9% y para las mujeres del 9.6%

miércoles, 31 de enero de 2018

LAS TIC’s EN EL MUNDO EDUCATIVO EN NICARAGUA ENTORNOS DE APRENDIZAJE (II ENTREGA)

   Las relaciones que  la Escuela Pública Salvador Mendieta de Managua establece con el entorno son de tipo tradicional. Es una escuela con una enorme preocupación por las manifestaciones artísticas de la cultura nicaragüense y por ello los educandos trabajan de forma experimental las representaciones escénicas como la danza y el teatro.

Sin embargo, existe una división clásica del aula escolar, con el docente a la cabeza, delante de la pizarra y los estudiantes en sus sillas dispuesto a la escucha. Desde ahí y a lo largo de espacios temporales van apareciendo lo que se conoce como espacios de aprendizaje:  el informativo, el de interacción, el de producción y el de exhibición.

                Uno de los principales cambios que ha vivido la educación pública en Nicaragua ha sido la reducción del grupo de clase. En esta institución escolar hay un total de entre 20 y 25 alumnos por aula, de tal manera que el maestro pueda hacer una atención más personalizada. Los alumnos elaboran proyectos de investigación sobre determinados temas, aunque el profesor interviene en el desarrollo de todo el proceso.

                En esta escuela hay un total de 100 maestros distribuidos en tres turnos de clase. En ella se pueden hacer estudios de primaria y secundaria. Por la noche la población escolar son adultos jóvenes procedentes del mundo laboral.

                La Salvador Mendieta cuenta con profesores de nivel universitario, muchos de los cuales han hecho estudios de especialización.


Tal parece que las predicciones de Martínez Alvarado (“La integración en las instituciones educativas”, 20…) de  “contar con una adecuada infraestructura digital será un deber y no una novedad en las salas de clase de las escuelas iberoamericanas”,  no se podrán cumplir en Nicaragua mientras el ajuste estructural no nos permita hacer una mayor inversión en educación, superar barrera de los 4.2 % del PIB de 2013 (Fuente Presupuesto General de la República 2013). 

LAS TIC'S EN EL ÁMBITO EDUCATIVO NICARAGÜENSE (PRIMERA PARTE)

En el contexto del curso de Tecnologías de la Información y la Comunicación en el ámbito educativo latinoamericano, impartido en línea por la UNAM, a través de la plataforma educativa COURSERA, presento las siguientes reflexiones:

                Todo indica que la  mejor forma de definir la situación que  Nicaragua ha vivido en las últimas dos décadas es haciendo uso del concepto de paradoja (Serrano Caldera, A. La Nicaragua posible, 1994), por la presencia de situaciones contradictorias que la globalización ha contribuido a acentuar.  La pérdida de la revolución sandinista, en 1990, abrió un período de posguerra que se vio agudizado por el peor ajuste estructural que cualquier país de la región centroamericana haya podido padecer.

                En esas condiciones, la implantación de la cultura digital ha seguido un camino lleno de escollos, en el que las desigualdades económicas y sociales han decantado la balanza  a favor de las familias que sí pueden tener una computadora en casa.

                A estas alturas de del siglo XXI, Nicaragua es el país de Centroamérica que cuenta con menos conexiones a Internet y el e-gobierno todavía es un proceso inacabado en las instituciones estatales.

A nivel educativo, el ministerio de educación cuenta con un portal al cual los profesores de la escuela pública no pueden acceder, pues no cuentan en sus centros con computadoras disponibles para labores pedagógicas.

El uso social de las nuevas tecnologías se circunscribe al tiempo de ocio y participación en redes sociales. Según Internet World Stats, a finales de 2011 sólo el 11. 7% de la población tenía una conexión a Internet en casa, ese mismo dato es el que  encontramos al revisar el número de usuarios de Facebook. Todo indica que a pesar del crecimiento económico que el país registra, estamos muy lejos de alcanzar la cifra de conexiones de nuestro vecino Costa Rica, donde el 47% de la población se conecta a Internet desde su casa. En Centro América hay una relación directamente proporcional entre riqueza /pobreza y  acceso a la red.

En esas circunstancias,   la utopía de la sociedad del conocimiento para todos y todas es un enorme reto que requiere el compromiso de la comunidad educativa. Las paradojas de nuestra sociedad explican que en uno de los países más pobres de América Latina convivan altos índices de deserción escolar en las escuelas públicas de zonas rurales y, en las ciudades, entre la población escolar de escasos recursos, con centros de educación media que ofrecen bachilleratos bilingües internacionales. En estos últimos, el alumnado lee sus textos escolares en e-books, realiza búsquedas rápidas en sus smartphones y hace sus evaluaciones en  los portales de sus colegios.

Para el proyecto de trabajo de este curso he elegido la Escuela Pública Salvador Mendieta de Managua. Esta escuela está ubicada en un barrio de los que hoy se considera el centro de la ciudad. Es una zona residencial de población de clase media, cuyos estudiantes no asisten a la  Salvador Mendieta. La población escolar de esta institución proviene de las zonas  periféricas de la Colonia Centro América, se trata de pobladores que accedieron a un lote de tierra gracias a la ocupación espontánea.

La Salvador Mendieta pretende ser una escuela insertada en la problemática de la comunidad, ello explica la participación de las asociaciones de padres en el Consejo Escolar y el apoyo que algunas familias ofrecen a las actividades que el colegio impulsa.

Uno de los principales problemas de educandos y educandas es el tema alimenticio. Eso explica que la escuela reparta la merienda escolar entre el alumnado. Ese es un proyecto esencial para que los niños puedan ejercitar al máximo las capacidades cerebrales que intervienen en su proceso formativo.

Al igual que el resto de las escuelas públicas del país, la Salvador Mendieta tiene problemas con la falta de libros. Los alumnos no pueden costear el precio de los libros de texto ni de fotocopias, por ello, maestros y maestras deben de copiar las lecciones en la pizarra y los dicentes tienen que pasar escRibiendo toda la jornada escolar.


Infortunadamente, esta escuela, como la mayoría de las escuelas públicas del país, para frustración de sus profesores, no está preparando adecuadamente a sus estudiantes para el futuro. Sin embargo, los docentes participan del diplomado de formación continua del profesorado con el objetivo de aprender a aplicar una metodología constructivista que haga de sus dicentes  personas competentes.     

lunes, 20 de agosto de 2012

Narrativa nicaragüense

Una serie de comentarios de texto de la época de Arte y Letras en la UCA de Managua, para la clase de Cátedra Rubén Darío.



LA HISTORIA EN LA NIÑA BLANCA Y LOS PÁJAROS SIN PIES DE ROSARIO AGUILAR, VINO DE CARNE Y HIERRO DE LIZANDRO CHAVEZ ALFARO Y REINA DE COROZADORES DE ALEJANDRO BRAVO


INTRODUCCION

La relación entre historia y literatura da como resultado la narración histórica que se caracteriza por la convivencia de personajes históricos con personajes ficticios.

Según Hayden Whiten (Metahistoria, 1992) los textos históricos no son totalmente objetivos ya que pasan por el tamiz de la subjetividad del historiador, lo que acarrea consigo la dificultad de separar, en una novela histórica, lo real de lo ficticio.

La ausencia o presencia de exactitud documental en una novela histórica, es totalmente irrelevante, puesto que es más importante la construcción formal que los datos individuales que ella pueda contener.

En Hispanoamérica las novelas históricas comienzan a escribirse a partir del siglo XIX, la primera que se conoce es Jicotencal del año de 1826.

                En general, la temática abordada en este tipo de narrativa, ha sido la sociedad colonial, la vida republicana y la del dictador de finales de siglo pasado  y comienzos del actual.  Estas obras han estado apoyadas en una profusa documentación: las crónicas virreinales, los relatos periodísticos, los libros de viajes o las crónicas.

Ya en el siglo XX y sobre todo después del ingreso de la novela hispanoamericana a un contexto más universal, destacan novelistas como Augusto Rosa Bastos con “Yo el supremo” (1974); Fernando del Paso con “Noticias del Imperio” (1987) o Gabriel García Márquez con “El general en su laberinto” (1989).  Sin embargo, el mejor y mayor novelista histórico es Alejo Carpentier quien inició el renovado interés por este tipo de novelas, confiriéndoles nuevas posibilidades y con gran alcance imaginativo.  Entre sus obras destacan “El reino de este mundo” (1953); “El caso” (1956); “El arpa y la sombra” (1979), entre otras.

ROSARIO AGUILAR. “LA NIÑA BLANCA Y LOS PAJAROS SIN PIES”: una novela histórica en clave femenina.

El diseño de una novela comprende la acción, que es la que excita la curiosidad del lector; la trama, en la que se relaciona a un  acontecimiento con otro y el diseño propiamente dicho que es el aspecto estético de la misma (Anderson Imbert, 1974: 151).

En “La niña blanca y los pájaros sin pies” de Rosario Aguilar (1938) el diseño presenta a la novela dividida en once partes, de las cuales cinco corresponden a los intermedios y al epílogo que refieren la  vida de una periodista ubicada en la Nicaragua de finales del siglo XX y que a su vez cumplen la función de hilo conductor para  los otros seis capítulos que relatan la vida de seis mujeres del siglo XVI: doña Isabel, doña  Luisa; doña Leonor, doña maría, doña Beatriz y doña Ana.

Cada uno de estos relatos es independiente el uno del otro, aunque Doña Isabel y Doña María,  Doña Luisa y Doña Leonor de alguna manera se vinculan por ser madres e hijas.  Esto lleva a la autora a presentar una trama y una acción diferentes en cada una de las partes, las  que a su vez conservan subdivisiones específicas. Así mismo, el punto de vista del narrador cambia de omniciente a protagonista ofreciéndonos diversos enfoques de la realidad.

En Doña Isabel aparece un narrador omniciente que hace una narración paralela situando al personaje en dos tiempos y espacios diferentes: Doña Isabel cuya actualidad la vive en Nicaragua, recuerda su llegada por primera vez a las Indias occidentales, donde su marido se desempeñaba como gobernador de Castillo del Oro.

En Doña Luisa hay un cambio del punto de vista del narrador que pasa de ser protagonista, hablando en primera persona, a narrador omniciente.  El narrador protagonista permite al lector estar más cerca de la subjetividad del personaje.  El narrador omniciente, en cambio, ofrece una perspectiva más amplia de los acontecimientos porque toma distancia del personaje y narra todo lo que sucede más allá del personaje.  Así, al final de este capítulo el narrador omniciente cuenta de una forma más objetiva la muerte de Doña Luisa y su regreso a la cultura de sus ancestros.  Doña Luisa reconoce “Soy negra pero hermosa”  (Nigra sum sed Formosa) enfatizando  la validez de su negritud.

En Doña Beatriz la autora juega con el tiempo, la trama comienza cuando la protagonista desea morir y el narrador debe de trasladarse al pasado buscando las causas de ese deseo.

En Doña Ana se da un cambio del lenguaje formal del narrador para uno más coloquial en el que se percibe el tono conversacional del habla coloquial nicaragüense.  Doña Ana habla del maíz, de las piedras de moler, de las tortillas, de los nísperos.

Los intermedios y el epílogo son protagonizados por una periodista de la época moderna que narra con el estilo de crónica, en primera persona sus experiencias con un  periodista español del que está enamorada.  Ella experimenta los mismos sentimientos que las mujeres del siglo XVI, hecho que se aprecia con más claridad porque el desarrollo de la historia de la periodista se da de forma paralela a la del resto de mujeres.

En el segundo intermedio el lector presencia el desdoblamiento interior de la novela que refleja el proceso de creación de la misma novela, aludiendo a las dificultades que tiene con la creación de sus personajes.  Este recurso metaficcional que trata de hacer partícipe al lector del fenómeno estético desde su génesis,  aparece en la literatura hispanoamericana en novelas como “La tía Julia y el escribidor”  de Mario Vargas Llosa.

Valiéndose de la intertextualidad Aguilar  logra parodiar y subvertir el discurso autorizado de  los cronistas de Indias (Palacios, s.f.:10)  Por otro lado, la presencia de los textos de cronistas de la época dotan de verosimilitud a  la obra y le otorgan el espacio de libertad que le permite dotar de voz a las mujeres del siglo XVI, quienes, como personajes históricos, se han enfrentado con la omisión de los historiadores que han dado una tratamiento preferencial a las hazañas masculinas en las que el personaje femenino es solo una referencia.

Esto da pie a que Rosario Aguilar recree no la oficialidad de los personajes históricos femeninos, sino más bien un ámbito más íntimo, sus deseos, sus pasiones, sus amores, sus frustraciones.

Ofrece también la voz de las vencidas, quienes a pesar de tal condición experimentan el sentimiento de haber sido utilizadas por los hombres que han amado, tal y como las mujeres peninsulares.

Estos personajes femeninos son abordados desde la perspectiva del enfoque de género que enfatiza mayormente el aspecto intuitivo y sensorial de la mujer, frente a la esquemática racionalidad masculina.  Por ello es que integra al personaje de Doña Luisa los elementos de la culturan indígena cuando Pedro de Alvarado se casa con Francisca de la Cueva y Doña Luisa no desea que Francisca llegue a Guatemala.  Doña Luisa pide ayuda a los brujos de su pueblo y Francisca muere en Panamá de peste.

Frente a estas mujeres del siglo XVI se yergue como antítesis de ellas la periodista del siglo XX, cuya vida ya no está determinada por el amor de un hombre, sino por sus propias motivaciones personales.  Una mujer que es ella misma y que por lo tanto ha  superado la etapa de la utilización.

La narración histórica en la diversidad policultural de VINO DE CARNE Y HIERRO  de Lizandro Chávez Alfaro.
Liazandro Chávez Alfaro (Bluefields, 1929 - Managua, 2006) se identifica con “la gran narración histórica de la nueva novela hispanoamericana” (Fuentes, 1992: 42), por ello presenta en “Vino de carne y hierro” una serie de narraciones históricas que expresan el afán de “re-inventar el pasado en cada momento para que no se nos fosilice entre las manos” (Idem).

Considerando a Hispanoamérica como una constelación indo-afro-iberoamericana (Chávez Alfaro, S.P.I.: 7) , el autor escribe sobre la india Malinche, miembro de la nobleza de uno de los principales grupos étnicos del México precortesiano; lo mismo que sobre Mistalín Crístober, el misquito que en el siglo XIX viaja a Inglaterra a impugnar la adhesión de la costa Caribe de Nicaragua a las autoridades del Pacífico español o sobre Antonio Padilla un capitán mulato que solo reconoce la autoridad de Dios y de su majestad el rey.  De esta forma, Chávez reconoce la diversidad cultural del continente y re-inventa el pasado dándole cabida a lo irracional, lo ambiguo y contradictorio que define la identidad del mesoamericanismo.

Según Amelia Mondragón (1989: 293), Chávez Alfaro es el primer narrador centroamericano que se inscribe en la modernidad literaria con su novela “Trágame tierra” (1967).  Es por eso que en “Vino de carne y hierro”, el lector se encuentra desde el principio con la densidad propia de un  narrador contemporáneo que le brinda un espacio de apertura para que él también participe de la obra.   Esto contribuye a que la propuesta estética de Lizandro Chávez se vaya tornando compleja por los recursos narrativos que utiliza.

De la colección de cuentos de “Vino de carne y hierro” se pretende analizar “Bufa de cuchilleros” por la acidez de su tono provocativo.

Vale la pena destacar que  la génesis de este cuento se encuentra en la fotografía de Darío a punto de expirar, esto necesariamente remite al oficio de publicista del autor, para quien una imagen es decisiva en la formación de una opinión o de un estado de ánimo.

Para estudiar “Bufa de cuchilleros” es necesario partir de la estructura del cuento que se puede dividir en tres partes: en la primera aparece el protagonista en un estado de delirio previo al sueño, esquivando las imágenes infructuosamente.  La segunda parte introduce al lector en la irracionalidad onírica en donde el elemento grotesco le confiere al sueño connotaciones de pesadilla de la que el protagonista desea salir de prisa.  En la tercera parte el poeta sale del sueño para comprobar que en la realidad de su agonía aparecen los mismos personajes de sus sueños: el fotógrafo, Sagrario, el médico y Aníbal.

La presencia de los personajes de la irracionalidad onírica en la realidad, aparentemente racional, revelan la coincidencia de Lizandro Chávez Alfaro con Milán Kundera (1987: 21) quien considera  que en el mundo moderno impera la irracionalidad  que  hace de la novela relativa y ambigua.  Misma ambigüedad y contradicción reconocida por Carlos Fuentes (Chávez Alfaro: op. cit.: 4) en la novela hispanoamericana como reflejo de la realidad mestiza, policultural de nuestro continente.

El autor no expresa explícitamente el nombre del personaje histórico a quien alude en su cuento.  Desde el inicio va ofreciendo pistas que conducen a pensar en Rubén Darío como protagonista de  “Bufa de cuchilleros”, así se refiere a “Himnos”, “Sones”, al “mal de soñar”  frase tomada del poema de Darío “Pasa y olvida”:

                               “… y soñar es un mal
                                pasa y olvida…”

El nombre de Rosario Murillo es cambiado por el de Sagrario y el poeta recuerda las calles de París, sitio en el que ha vivido en otro tiempo.

Estos procedimientos literarios alejan  definitivamente a Lizandro Chávez de la mediocridad de la literatura comercial, pero sobre todo exigen que el lector abandone la postura tradicional y sea sujeto activo del fenómeno literario del que también forma parte.

La afirmación de que solo es posible encontrar amores lúcidos y muertes dignas únicamente en el ámbito del arte, ponen de manifiesto el valor que Chávez Alfaro da a sus actos literarios, lo que lo conduce a dar lo mejor de si en cada uno de ello.  Y es precisamente lo que el autor nos entrega en “Vino de carne y hierro”, una visión de lo diverso en una propuesta estética moderna.


La desmitificación de la crónica en EL CRONISTA de Alejandro Bravo

Alejandro Bravo (Granada, 1953), en su cuento “El cronista” cuestiona la validez de las crónicas, consideradas en el ámbito histórico cultural como la piedra angular para comprender el desarrollo de las pueblos hispanoamericanos.

Para esto, el autor utiliza un narrador onmiciente que está situado a una distancia prudente del protagonista, llamado por el narrador “improvisado cronista”, lo que otorga la autoridad de la objetividad.

El tono de la voz del narrador no sufre de apasionamiento ni de exaltaciones lo que redunda en el juicio objetivo que pretende ofrecer, muy al contrario del cronista que escribe su “Verdadera historia de la conquista de Nicaragua” basada en acontecimientos que él nunca presenció y motivado por el interés de salir de la cárcel.

El narrador usa palabras como “relación”, “fojas”  o la frase “dadme pan” que son propias del castellano del siglo XVI, sin embargo, en general, el lenguaje que utilizado es categóricamente distinto al castizo lo que pone en evidencia la profunda diferenciación entre  el cronista  y el narrador del cuento.

El diseño del cuento es muy similar al de la caja china porque contiene una crónica dentro  de otra y la próxima da lugar a otra distinta: empieza con la crónica de la llegada de Pedrarias a Castilla de Oro; esta contiene la crónica sobre Nicaragua tomada de Francisco López de Gómara y dentro del mismo párrafo de López de Gómara aparece la crónica del Fray Bartolomé de las Casas contenida en una carta de relación fechada el día 16 de junio de 1523.

Bravo señala en diversas oportunidades el carácter improvisado del cronista lo que pone en entredicho la veracidad de la crónica de Baltasar Bermejo de Peñafiel.

La aparición de Miguel de Cervantes en el cuento acusa  la validez literaria de la crónica, no así la historia que se ve seriamente cuestionada al ubicar al cronista en una celda, muy lejos de escenario de la conquista.

Alejandro Bravo presenta de esta forma una manera muy singular de criticar la historia oficial que se desprende de las relaciones y crónicas, así como la autoridad en cuanto a la consideración de fuentes históricas que estos poseen.

CONCLUSIÓN

Tanto Aguilar, como Chávez y Bravo revierten el significado de la historia a través de sus obras literarias.  La ficción permite que en “La niña blanca y los pájaros sin pie” hablen las mujeres indígenas del continente, eternas ausentes de los textos históricos.  En “Bufa de cuchillos” el lector puede asistir al horror sufrido por Darío en los últimos momentos de su vida de los que solo ha quedado como testigo una fotografía y que Lizandro Chávez ha recreado magistralmente,  En “El cronista” se pone en tela de duda la objetividad de los cronistas de Indias, cuyos trabajos históricos casi siempre estuvieron motivados por intereses personales ligados a asuntos económicos.

Los textos literarios de estos tres escritores contribuyen a la reflexión acerca de nuestra historia y de nuestra identidad de mestizos.  Cumplen la función social de “imaginar el pasado para recordar el futuro” que Carlos Fuentes ha señalado con tanta precisión.

Muy por el contrario a la realidad de la modernidad europea, donde se ha pronosticado el deceso de la novela, en Hispanoamérica la novela es una entidad vigente en el ámbito de la cultura y sus posibilidades, aún no están agotadas.

BIBLIOGRAFIA

1.- Anderson Imbert, Enrique. “Formas en la novela contemporánea”. TEORÍA DE LA NOVELA. Edición de Agnés y Germán Gullón. Madrid: TAUROS, 1974

2.- Arellano, Jorge Eduardo. DICCIONARIO DE AUTORES NICARAGÜENSES. Managua: Biblioteca Nacional “Rubén Darío”, 1994

3.- Chávez Alfaro, Lizandro. SANTO Y SEÑA (Testimonio para un taller sobre “Vino de carne y hierro”) s.p.i.

4.- Fuentes, Carlos. VALIENTE MUNDO NUEVO. México: Fondo de Cultura Económica, 1992

5.- Kundera, Milán. EL ARTE DE LA NOVELA. Barcelona: Tusquets Editores, S.A., 1987

6.- Mondragón, Amelia.  FUNCION Y DESARROLLO DE LA NOVELA NICARAGUA. 1893-1977
Universidad de Meryland, 1989.

7.- Palacio, Nidia. LA HISTORIA COMO REFERENTE INTERTEXTUAL EN “LA NIÑA BLANCA Y LOS PAJAROS SIN PIES”  DE ROSARIO AGUILAR s.l.: Tulana University, s.f.

8.- Ruiz Luna, Jorge. LA FICCIONALIZACION DE LA HISTORIA DE ALEJO CARPENTIER: “EL ARPA Y L A SOMBRA”. Tennesse: Universidad de Vanderbilt, 1991.

9.- White, Hayden. METAHISTORIA. La imaginación histórica en la Europa del S. XIX. México: Fondo de Cultura Económica, 1992.


jueves, 9 de agosto de 2012

Narrativa nicaragüense


Una serie de comentarios de textos de la época de Arte y Letras en la UCA de Managua, para la clase de Cátedra Rubén Darío.




LO PROVINCIANO COMO TEMA LITERARIO EN LAS COLECCIONES DE CUENTOS CLAVE DE SOL Y  MISTERIOS GOZOSOS

INTRODUCCIÓN

La narrativa centroamericana tuvo, a mediados de la década de los años ochenta, un giro, que la ha situado definitivamente en el contexto de la post-modernidad.

Una vez abandonado el discurso narrativo de los setenta que estaba estrechamente vinculado con la situación política producida por nuestros países, ha incursionado en otros temas desde donde enfilan su crítica a la sociedad provincial que conforman los países del área.

La incorporación de manifestaciones de la cultura popular o manifestaciones irracionales y anticientíficas, suponen una  novedad dentro de una literatura cuyos temas fueron durante muchos años el dictador, el torturador político y el movimiento guerrillero.

Sin embargo, temas novedosos exigen formas novedosas, por ello es que los  narradores contemporáneos prestan mucha atención a los aspectos formales de sus obras, llegando a resaltarlos de una manera apoteósica, y abordando los conflictos con una cierta superficialidad, muy lejana del dramatismo lacrimógeno de otras épocas.

Seguros de su oficio, ya no necesitan efectuar profundas reflexiones sobre el arte de narrar dentro de la misma obra, los procesos metadiegéticos ya no son parte del discurso literario finisecular.

SERGIO RAMIREZ MERCADO: CLAVE DE SOL

En esta colección de cuentos, el autor ofrece imágenes provincianas con unas formas literarias post-modernas que hacen que su obra logre un carácter universal.

Clave de sol muestra la preocupación de Ramírez por la perfección formal, lo que consigue por medio de una creativa utilización de procedimientos narrativos.

“Juego perfecto” es el sinónimo de tensión perfecta.  A través de los datos que van surgiendo en el juego de pelota, Sergio Ramírez consigue crear en el lector la misma expectación que causa una disputa deportiva entre los fanáticos.  El narrador, que describe las últimas cuatro entradas del juego informa de cuanto strike, bola, foul, out que se va dando, a la vez que relata las actitudes de los  personajes que  evidencian el nerviosismo a que les somete la posibilidad de un gran juego perfecto.

La emoción del gordo vende apuestas, del locutor de radio y del padre del muchacho que esta pitcheando se desarrolla a un ritmo in crecendo que de pronto recibe un corte magistral  cuando al final de la última entrada el equipo de Boer  logra anotar dos carreras, con lo cual las esperanzas, no solo de los personajes, sino también del lector, se ven disipadas.

El autor ha afirmado que todos los cuentos de Clave de sol están relacionados con la música que aparece como fondo en cada uno de ellos [1]:   en “La múcura que está en el suelo”, el compás narrativo está determinado por el mismo ritmo de la canción.

Ramírez logra imprimirle rapidez  al cuento por medio de la construcción de párrafos largos de una sola oración, en donde las ideas van separadas únicamente por comas.  Así mismo el narrador en primera persona llama a su amada “Celina del torbellino, Celina de la tormenta y el vendaval”  (p. 105) y describe detalladamente en el baile de “La máscara”, caracterizado por movimientos rápidos, la sensualidad de Celina que conduce a su pretendiente al paroxismo:

“… mis manos hacia arriba mientras las tuyas juguetonas me advertían que no, no todavía, porque cuando te tomara de la cintura era que toda acabó, el mundo se paraba, el mundo se partía, se abría ante los dos, y después todo era palmas, palmas marcando gozosas al compás, yo descendía hasta el suelo, brinco de rana, el paso más difícil, todo un malabar, y vos aparentando desdeñosa que me huías, jugando melindrosa te apartabas de mi, frenesí de tus hombros y caderas, temblaba estremecido tu cabello, temblaba tu corona de falsa perlería, en tu frente como perlas verdaderas al sudor…” (p. 106).

El ritmo del cuento, que se identifica con el de la canción, con el del movimiento de los cuerpos al bailar, expresan claramente la desesperación del protagonista de ver a su Celina acechada por la figura del dictador que la ronda como a una presa acorralada, amenazante, frente a quien nadie puede hacer nada.  Y es precisamente al final de la narración donde el lector completa la estrofa de la canción “mamá no puedo con ella…”

“Pero no llorará”  es una historia de amor de la que se ha extraído todo contenido dramático a través del distanciamiento que  el narrador ommiciente hace de los personajes:  cuando empieza a referir la historia de la maestra y el cachorro haciendo el amor sobre el piso de tambo y surge el recuerdo en ella del otro combatiente con el que antes había estado, a quien solo había visto una vez vivo y después muerto en el hospital de Juigalpa, a la joven se la derrama una lágrima, sin embargo la exhalación de la emotividad en el lector se rompe cuando se dice que la lágrima “se escurría solitaria y parecía entretenerse en las marcas de acné de su mejilla”  (p. 122).

A través de un complicado juego de tiempos que pasa del presente al pasado reciente y a otro más lejano aún, sin signos evidentes, el narrador relata la aventura de la maestra con dos milicianos movilizados.  Sin embargo se pone de  manifiesto la visión diferente que cada miembro de la pareja tiene de la aventura.  El miliciano la concibe como tal, esta idea se ve reforzada por la música de fondo, una canción del Vicentico Valdez que los reservistas ponen reiteradamente en la roconola: “ pero no lloraré, por un amor que fue una aventura”  (p. 133).  Los recuerdos que el muchacho tiene de los consejos del padre, así como la idea de que una aventura que no se cuenta no es aventura, enfatizan ese sentimiento machista del hombre, que ve siempre la relación con una mujer por medio del cristal egoísta que fortalece su instinto de gallo.

Ella, por el contrario, se deja arrastrar por el ensueño representado en la tarjeta que indica el baño de “damas”: una niña de rizos dorados caminando por un prado de margaritas con una sombrilla al hombro”. Se puede apreciar la sutil ironía que crea el narrador al distanciarse del personaje y contarle al lector que la joven, a pesar de todo es muy cursi, al extremo de llegar a comparar a los milicianos con la foto del apuesto caballero vestido de frac con una capa en la mano, que distingue al baño de los hombres.

De esta manera Ramírez sitúa su crítica a la cultura provinciana, que aún inmersa en la vorágine revolucionaria de los ochenta no experimentó cambios sustantivos de los factores  subjetivos  determinantes de las relaciones humanas.  Sin embargo, el autor va más allá porque su crítica al provincianismo se puede leer como una crítica implícita a la revolución misma, que logró utilizar a hombres y mujeres en pos de su defensa,  pero no consiguió influir en sus conciencias,  de tal forma que la idea de hombre nuevo fuera ganando espacios en ellos.

 ERICK BLANDÓN GUEVARA: MISTERIOS GOZOSOS

El otro autor de los noventa que aborda  el tema de la provincia desde una óptica sexual es Erick Blandón, quien por medio de sus Misterios gozosos expresa una crítica contundente a la doble moral y  los tapujos tras los que se cobija la sociedad moderna de un país del  tercer mundo.

En “Fuegos de pascua”  la tensión esta lograda a través de los pasos del ritual religioso combinados con las descripciones de la relación sexual  que a un costado de la  iglesia la protagonista tiene con el peor enemigo de su familia.

Este cuento tiene un enorme contenido simbólico ofreciéndonos un sentido erótico, extraído de los elementos religiosos que se mencionan:

“El celabrante encendió el enorme cirio pascual y lo alzó sobre las cabezas de la multitud”  (p. 6)

A partir de esta descripción que conlleva una connotación fálica por la que Coronada Cantanero empieza a experimentar las sensaciones placenteras a las que se había negado durante sus cuarenta años.

La iglesia católica celebra en la media noche del sábado de gloria la resurrección de Jesús después de su muerte el viernes santo, Coronada Cantanero conoce por primera vez los placeres de la carne en la misma ceremonia donde se canta el aleluya  porque Cristo venció a la muerte; con esa primera vez ella también estaba resucitando.

Su corazón latía al ritmo del redoble del tambor que acompañaba la oración “manda Pilatos que azoten al inocente cordero”   (p. 7)  en el momento en que ella misma era azotada por el impulso masculino  que tanto le agradaba.  

Cuando la protagonista llega al orgasmo, la música que tiene de fondo es el Gloria a Dios, momento en el que se  agradece al Señor por haber salvado a la humanidad del pecado.

Sin embargo, el último cuento de la colección, Trampa de mujer, refiere el fin de toda esta historia en donde Coronada representa al cordero y Malicia de Ángel a su dula flagelador, gracias al cual ella conoce la gloria.  La protagonista no reacciona con el amor pastoral de Dios quien todo perdona, sino por el contrario se cobra la ofensa castrando a su amable castigador la noche de la fiesta del personaje del Señor  Luis como homenaje al santo varón que hizo sus votos de castidad a la edad de nueve años.

En sus cuentos, Blandón hace gala de un profundo sentido hedonista que se refleja en el preciosismo de las descripciones,  que aluden a una preocupación por los valores formales de la obra: en “Un amor probado” describe con mucho sensualismo cuando la mujer se unta la crema en las manos y el cuello y como se pasa las manos humedecidas de agua de colonia por sus muslos.

Las alusiones a las comidas son otro elemento que expresan el culto al placer.  En “El hombre es todo” cuenta con lujo de detalle el desayuno de los niños, al igual que en “Cena en bandeja” donde la comida es el preludio al encuentro sexual que se ve frustrado. El vino, la salsa del espagueti, los cristales, la platería de la mesa, el mantel de lino bordado, contribuyen a crear un ambiente en donde lo que prima es el placer como realización de la felicidad humana.

Utiliza formas poco convencionales y muy metafóricas para nombrar a los genitales y a los orgasmos, que denota cierta agresividad masculina frente a la pasividad femenina:

vulva                                           
fruta seca
fresa jugosa
cuenco húmedo

pene
animal hambriento
promontorio
bulto tenso y consistente
asta, ardoroso miembro

orgasmos
glorioso acoplamiento
combate
viaje
cabalgata

Todo este lenguaje contribuye a crear una atmosfera de sensualidad muy sugerente que genera en el lector un sentimiento de confianza y libertad.


CONCLUSIONES

En ambas colecciones de cuentos se hace evidente la preocupación de los escritores por la perfección formal de las obras.  Ramírez enfatiza en la condición humana de sus personajes,  presentándolos como  los anti-héroes de la narrativa post-moderna. Blandón rinde culto a la libertad individual donde las opciones sexuales son consideradas por encima de las normas y convenciones sociales, iniciando de esta manera su particular incitación a la sublevación de cuerpos y conciencias. Ambos autores ponen el dedo en la llaga de los prejuicios,  insistiendo en la arbitrariedad  que ellos implican y las contradicciones que generan. Nos dicen de esta manera,  que si Nicaragua no ha conseguido hacer cuajar la revolución de los oprimidos para su liberación económica, tal vez sea hora invertir la estrategia e iniciar la emancipación de las almas de la mentalidad que le impide la realización plena de la libertad del espíritu, dejando para más tarde la revolución definitiva.

BIBLIOGRAFÍA

 Blandón, Erick. MISTERIOS GOZOSOS. Managua: Vanguardia, 1994
 Cortázar, Julio. "ALGUNOS ASPECTOS DEL CUENTO" en CASA. Revista de Casa de las América, nº   60. La Habana: julio de 1970. 
 Ramírez, Sergio. CLAVE DE SOL. Managua: Nueva Nicaragua, 1992


Managua,  diciembre de  1994.


[1] Conversatorio con estudiantes de Artes y Letras, el 21 de noviembre de  1994, Universidad Centroamericana.

domingo, 5 de agosto de 2012

SEGURIDAD CIUDADANA


                La intención de este blog, como su encabezado indica, es la reflexionar sobre cultura nicaragüense, pero ¿acaso no es la seguridad ciudadana parte de la cultura nica?
                Acaba de ser publicado el informe presentado por la Comisionada Aminta Granera ante el asistente del secretario de estado para el Buró de Asuntos Internacionales sobre Narcóticos y Cumplimiento de la Ley organizada por el Center for Strategic and International Studies de Estados Unidos (CSIS).
                Según el mencionado informe, menos del 5% de la población nicaragüense consideró que la inseguridad ciudadana es el problema más importante del país, frente al casi 70% de Venezuela, por ejemplo; o el 45% de los salvadoreños, durante el período de 1996 al 2010. Por otro lado,  el 61% de los nicas piensan que Nicaragua es un país seguro, frente al 19% del conjunto de la población de Iberoamérica.
                El informe completo se puede ver en:



           Como es indiscutible el hecho de que pobreza y delincuencia van unidas, entonces las preguntas son:
¿Cómo es que el país más pobre de Centroamérica tiene el índice delincuencial más bajo de la región?
¿Se podría afirmar taxativamente que las políticas públicas de erradicación de la pobreza contribuyen a que la población que sufre de estas condiciones tenga alternativas a la delincuencia?
¿Tienen acceso los jóvenes a la educación, de tal manera que se produzca la movilidad social y puedan salir de la pobreza en la viven sus familias?
¿Existen esas políticas públicas efectivas de erradicación de la pobreza?
¿Es posible que el mencionado informe contenga información inexacta?

En cuanto al festival de blogs 2012, hay que decir que la iniciativa es interesante, sin embargo caben hacerse más preguntas:
¿Cuál era la necesidad imperativa de escribir sobre seguridad ciudadana en el festival de blogs?
¿Es que no hay temas mucho más importantes que debatir en el país, como por ejemplo, el asedio que las mujeres sufrimos por parte de los hombres cuando vamos por la calle o abordamos un bus? (eso también puede provocar situaciones de agresión constitutivas de delito).
¿Cómo se deciden los temas en el Festival de Blogs Nicas?

Quizás, como fenómeno de comunicación social, la actividad blogger en Nicaragua merezca  una reflexión más detallada, pero eso será para la próxima entrada.  Por cierto, recomiendo la tesis de licenciatura de Martin Mulligan (Emila Persola) sobre la actividad literaria desde el blog en Nicaragua. Prometo otra entrada sobre este tema. 

Barcelona, 28 de junio de 2012.